Un poco entre sueños la recuerdo y revivo esos primeros días. Yo era una de las pocas que no venía de otro kínder -que no pertenecía a ese colegio de monjitas- y, por lo tanto, no sabía leer ni escribir. La Srita. Daisy le pidió a mi mamá que me llevara una hora por la tarde para ponerme al corriente y enseñarme a leer sílabas y escribir palabras básicas. ¡Sin presumir pero sólo me tomó tres días!
La foto está un poco en mal estado pero aún así hace recordar. ¿Quién soy?

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