Hace una semana fui con un grupo de amigos -todos españoles- a un juego de béisbol de los Texas Rangers en Arlington (un suburbio de Dallas). Era una de las pocas cosas "americanas" que les hacía falta hacer para sentir la experiencia completa de haber vivido en Estados Unidos.
Yo iba como de guía, esperando comerme un hot dog tamaño estadio de béisbol y una cerveza...y para explicarles que este juego puede ser aburrido si no se es parte activa de él.
-¿Y por qué nadie se mueve? ¿Qué esperan?
-Calma. Están jugando, sólo que aún no le tiran una pelota buena. Todas han sido fauls.
-¡Joder! Deporte más aburrido no hay. Tres horas aquí sentados sin acción.
-¡Salud! ¿Por qué crees que venden tanta cerveza?
-Mejor vámonos al bar del estadio...ahí la peña sí que se la pasa guay.
So far, el mejor bar irlandés de Dallas está en el estadio de los Texas Rangers. El equipo local le ganó a los Chicago White Sox. Pero lo mejor fue que me enteré de las jugadas más importantes en casa cuando puse el canal local con los resultados. Los
home runs pasaron mientras me tomaba unas Samuel Adams y conocía a otros "fanáticos" del deporte más estadounidense.
