domingo, 28 de febrero de 2010

Lo de siempre


Una vez más me volvió a pasar: mis defensas bajaron. No, no soy enfermiza y mi sistema inmunológico funciona de forma satisfactoria pero mi cuerpo tiene sus maneras de responder a la presión.

Las últimas dos semanas han sido bastante pesadas porque soy una de las dos maestras que tiene que preparar a los niños para los exámenes estatales. Aquí en este país, donde hay una paranoia por todo lo que sea relativo a un test, la presión va directa a los maestros (si les va mal es tu culpa, sin importar el nivel con que los recibiste al principio del año) y los niños son quienes la resienten. ¿Verdad que vas a pasar? No me puedes fallar, les dice mi directora.

Yo, mientras tanto, más vale que esté presente, a tiempo y con ganas de trabajar extra y hasta hacer milagros. Y mi cuerpo lo nota. Esta semana es el examen, ya no hay nada más que hacer y hasta mi directora paró de presionar....y el virus de la gripe me entró. Es como si mi sistema que ha estado en alerta para no caer y no faltar a trabajar dijera que ya, que le den un respiro. Bajó la guardia y ahora siento ese molesto dolor de garganta, un poco de temperatura y los ojos llorosos.

Yo creo que me tomo el día libre después del examen.

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